domingo, 30 de marzo de 2008

LA PÈRDIDA DE FIELES ES ABISMANTE!!!


Teología y vida
ISSN 0049-3449 versión impresa







Teol. vida v.45 n.4 Santiago 2004


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Teología y Vida, Vol. XLV (2004), 605-610


NOTAS


El catolicismo ante la individualización


Jorge Costadoat, S.J.

Profesor de la Facultad de Teología. de la Pontificia Universidad Católica de Chile









Esta ponencia fue presentada en el VII Encuentro de diálogo interreligioso organizado por la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el 20 de noviembre de 2003. En esta ocasión el título de la convocación fue "La identidad y experiencia religiosa en el Chile de hoy".





Se agradece el informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) titulado "Desarrollo Humano en Chile 2002. Nosotros los Chilenos: un desafío cultural. Publicado en Santiago de Chile 2002, sobre los cambios de la religiosidad: es respetuoso de las pertenencias religiosas, valora su contribución a la cultura y, en lo que respecta a la Iglesia Católica, su diagnóstico debe considerarse importante para la inculturación del Evangelio. Esto, empero, con una cautela: la experiencia religiosa es irreductible a una definición de la cultura que se pone al servicio del "desarrollo humano". La religiosidad debiera contribuir a la convivencia social, pero su valor excede cualquier funcionalidad empírica.


Del informe del PNUD podrían tratarse varios puntos: aquí nos detendremos en el de la individualización como amenaza y como oportunidad para la Iglesia Católica. Del modo como se encare este fenómeno dependerá que el catolicismo represente un obstáculo o una contribución a la elaboración del Nosotros colectivo que el informe persigue.


1. DESCRIPCIÓN DEL FENÓMENO



El informe del PNUD 2002 señala que los profundos cambios culturales se traducen en un fenómeno de individualización de los chilenos. Esta significa que "cada persona debe definir por sí misma las elecciones, valores y relaciones que hacen su proyecto de vida. Es el resultado de la valoración social de la autonomía personal, de la pérdida de autoridad de las tradiciones y del aumento de alternativas en los modos de vida" (1). En principio la individualización es vista como un bien y una oportunidad. "Constituye un gran aliciente para la expansión de la libertad, la tolerancia y los derechos cívicos" (2). Pero si ella no es sostenida por la colectividad puede ser "fuente de agobio, soledad y frustración" (3), de lo que puede seguirse un debilitamiento de la entera sociedad.


A los comienzos del siglo XXI el proceso de individualización se ha profundizado, complicando la adquisición de la identidad personal: "Las identidades de clase, religiosas o políticas, aquellas que a mediados del siglo XX permitían a los individuos definir el contenido central de su proyecto vital, han pasado a ser elementos más bien secundarios. Y ningún otro referente parece ocupar hoy su lugar" (4).


La individualización es un proceso complejo que puede acabar bien si logra integrar las demandas de socialización con las de autenticidad personal, pero puede terminar mal si ella desemboca en una exacerbación de un Yo consistente en una afirmación de sí "carente de referentes colectivos fuertes y en oposición al entorno de sistemas y opiniones al que se atribuye el origen del Yo inauténtico" (5).


En este sentido, la individualización constituye un desafío al catolicismo. El PNUD postula la siguiente hipótesis: "la experiencia religiosa está cambiando bajo el impacto de los cambios culturales generales del país y… en general, lo hace en la misma dirección en que avanzan los otros procesos: hacia la privatización de la construcción de sentido" (6). La práctica religiosa católica tiende a desinstitucionalizarse. No nos parece, sin embargo, que la individualización conduzca de suyo a la desinstitucionalización. Preferimos ver en ella una oportunidad que se ofrece a las iglesias de acoger las demandas más auténticas de la subjetividad de unas personas que suelen extraviarse en su solitaria búsqueda del sentido de sus vidas.


Del mismo modo como la individualización afecta de diversa manera a los distintos sectores sociodemográficos, al hablar de catolicisimo, caracterizado por el reconocimiento de la sucesión apostólica y su expresión sacramental, hay que considerar varias y a veces muy diversas experiencias religiosas. La religiosidad popular, las generaciones católicas renovadas por el Concilio Vaticano II, la piedad tradicional de los barrios altos de Santiago, las comunidades de base inspiradas por Medellín y Puebla, los movimientos laicales y el creciente número de los "católicos a su manera", son afectados por la individualización de modos distintos.


Del catolicismo, en consecuencia, y de la mutación general de la religiosidad de la que no puede escapar, no tenemos sino una idea general. En cada caso se requeriría un estudio especial. Con todo, no se puede desconocer que la individualización en curso afecta a Occidente en su conjunto y que la Iglesia Católica debe reconocer este fenómeno si quiere anunciar el Evangelio como una auténtica "buena noticia" para los hombres y mujeres de hoy. La "metamorfosis de lo sagrado" que afecta a la religiosidad occidental es tan grande _según Juan Martín Velasco_ como la que tuvo lugar en el llamado "tiempo eje", en torno al siglo VI a.C. y durante un milenio, en China, India, Persia, Grecia e Israel, y que se caracterizó por el paso de la conciencia religiosa cósmica a la reflexiva y de la conciencia colectiva a la de la identidad personal individual (7).


2. LA INDIVIDUALIZACIÓN COMO AMENAZA Y COMO OPORTUNIDAD


a) Como amenaza


Este despliegue de la autonomía individual de los fieles en la medida que desemboca en una desinstitucionalización de la experiencia católica de Dios, representa un menoscabo de la autoridad de la jerarquía eclesiástica. A los pastores de la Iglesia Católica no puede darles lo mismo que los católicos tomen de la tradición religiosa y de sus enseñanzas lo que les sirve y dejen de lado lo que no. No extrañará que algunos católicos, sacerdotes o laicos, vean en la individualización un "pecado" de individualismo. En su caso, la inclinación natural será condenar el fenómeno y la cultura que lo propicia. Pero tampoco extrañará que muchos fieles vean en esta y otras condenaciones parecidas, la mera defensa de un poder que se resiste a ser compartido con los que reclaman una experiencia más libre y más personal de Dios. El informe del PNUD detecta la emergencia de una mirada crítica de los fieles sobre las iglesias.


Aun en el caso que la demanda de una experiencia subjetiva de Dios tenga mucho de individualismo, aun cuando la jerarquía eclesiástica no condene el fenómeno, el catolicismo no es inmune a la fuga persistente de adeptos, al descontento de algunos católicos con el modo de ejercer la autoridad de ciertos pastores, a la prescindencia de las normas de la moral sexual y familiar de hombres y mujeres, a la obtención de la identidad personal en el mercado y mediante el consumo, y a la pérdida del sentido trascendente de la Iglesia especialmente entre los jóvenes.


En un mundo vapuleado por cambios rápidos y profundos que crean mucha inseguridad, es probable que la Iglesia Católica conserve (no sin oscilaciones) un alto nivel de confianza entre otras instituciones. Pero no cualquier modo de asegurarse en la vorágine sirve. La religiosidad puede facilitar fugas hacia el pasado y el futuro, u ofrecer un refugio presentista. Es decir, falsas seguridades. Si el "libre examen" luterano ha pasado a ser un ingrediente cultural que muchos católicos hoy no tienen ante sí, sino dentro de sí, la Iglesia Católica ofrecerá verdadera seguridad a las búsquedas personales de Dios en la medida que integre positivamente este dato en su esfuerzo evangelizador. Al efecto ella debiera discernir en la metamorfosis "liberal" de la religiosidad contemporánea la acción del Creador, para corregirla y encauzarla en la dirección que el mismo Creador quiere darle. Por el contrario, el catolicismo como principio de identificación meramente contracultural no parece tener futuro. Podría tenerlo, pero como by pass del dogma de la Encarnación, si obliga a los sujetos a cargar con una escisión irreconciliable entre fe y cultura.


b) Como oportunidad


La individualización o subjetivación es una amenaza, pero también una oportunidad para el cristianismo y para el catolicismo en particular. Aún más, al discernir en este fenómeno aquella libertad personal que por un título particular el cristianismo ha introducido en la historia de la cultura universal, la individualización representa una apelación "cristiana" a las iglesias cristianas. Al menos en este sentido la modernidad golpea las puertas de las iglesias como quien llama a su propia casa. Por el contrario, la importancia de la libertad para el cristianismo es tan grande que una condena indistinta de la individualización que hoy la enarbola significaría para las iglesias una especie de suicidio. Precisamente porque se trata de un proceso que merece discernirse en su valor, dado que no asegura que los individuos consigan su realización por sí solos y menos mediante la exacerbación de un Yo contestatario de la tradición común, se ofrece a las iglesias una posibilidad extraordinaria de mediar con sus tradiciones y comunitariamente una experiencia religiosa que de otro modo podría seguir cualquier curso privado posible.


Por cierto, lo que hoy se entiende por libertad no coincide exactamente con la libertad cristiana. La matriz de la libertad los cristianos la heredan de la fe en el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. El mismo Dios que ha liberado a Israel de Egipto es quien ha creado libremente el mundo y ha dotado al hombre y a la mujer de libertad creadora. Un Dios trascendente y liberador, es el Dios que establece una Alianza de co-pertenencia con su pueblo, de acuerdo a la cual Israel, su elegido, debe responder de sus actos ante Dios mediante la observancia de unos mandamientos que actualizan su bondad.


Esta libertad, inseparable de la misericordia de Dios, los cristianos confiesan que ha hecho irrupción en la historia en Jesucristo, la autocomunicación libre más plena de Dios mismo y condición de posibilidad última de la respuesta libre del hombre al Dios que lo ama. La salvación cristiana recibe muchos nombres. Uno de ellos es el de "libertad" y de "liberación". "Para la libertad nos libertó Cristo", sostiene San Pablo (Gal 5, 1ss). Cristo comunica su libertad. "Donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad" (2 Cor 3, 17). La libertad cristiana tiene una estructura cristológica, a saber, pascual y trinitaria. Como hijos en el Hijo, los cristianos vienen del Padre y vuelven al Padre, por el camino del amor crucificado abierto por Cristo, el hombre verdadero, pero no sin su libertad y creatividad que el Espíritu Santo del resucitado infunde en sus corazones para conducirlos a la verdad completa (cf. Jn 16, 13).


En virtud de su fe los cristianos saben que Dios "quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad" (1 Tim 2, 4), que Cristo ha revelado que la verdad de Dios es amor (cf. 1 Jn 4, 8) y que el Espíritu impulsa interiormente a los seres humanos sin exclusión a practicar esta verdad mediante el diálogo y la cooperación. Nada debiera ser más contrario al cristianismo que la pretensión de poseer exclusivamente la verdad, porque los testigos auténticos de la verdad la buscan en libertad en una historia que se hace con otros hombres y la historia no ha terminado. Dios aún no es "todo en todos" (1 Cor 15, 28).


En lo inmediato, el reclamo de libertad de la individualización de la experiencia religiosa es una oportunidad para que la Iglesia de Cristo, testigo de la verdad a lo largo de los siglos, acoja "los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren…" (GS 1). Al deseo de protagonismo de los hombres y mujeres de hoy es inherente el desamparo, la enfermedad, la soledad, el fracaso laboral y matrimonial, la ruptura de familias y de naciones, la vergüenza de la marginación, como también el anhelo de un mundo más justo y fraterno. Las enormes transformaciones culturales atizadas por el desarrollo tecnológico y la globalización, estimulan en las personas búsquedas de respuestas nuevas a problemas nuevos. La mentalidad y la sensibilidad han cambiado. La oportunidad de que se trata exige de las iglesias una apertura a los sujetos concretos de este cambio de época, para lo cual será necesario hacerlos participar activa y creativamente en el discernimiento de la liturgia, la moral y el gobierno de sus iglesias que mejor represente la nueva humanidad que el Espíritu de Cristo está gestando en ellos.


Dicho en forma sintética: las iglesias se encuentran ante la oportunidad paradójica de reconocer que sus fieles son "personas". Si la libertad en la cultura occidental tiene una poderosa raigambre judeo-cristiana, Occidente debe a la tradición cristiana el concepto de "persona" como uno de sus mejores aportes. En virtud de su origen cristológico y trinitario, es "persona" humana un sujeto distinto que, en libertad y verdad, se estructura "a partir de otros" y "para los otros". Del espacio que los fieles católicos tengan en su Iglesia como "personas" dependerá, nos parece, la inculturación del Evangelio de la libertad y el futuro de la misma Iglesia.


3. EL CATOLICISMO COMO OBSTÁCULO Y COMO CONTRIBUCIÓN


a) Como obstáculo



El informe del PNUD analiza "los cambios de las identidades y pertenencias religiosas" en la perspectiva del aporte que la religiosidad institucionalizada puede hacer a la elaboración del Nosotros colectivo nacional. De la privatización de la religiosidad, de la atomización de la sociedad en general, no se espera nada bueno. "Las formas asociales de la individualización pueden verse reforzadas por una tendencia privatista de la religión, y hacer aún más difícil la construcción de imaginarios colectivos" (8). Por el contrario, de la mediación religiosa comunitaria de la subjetividad personal con todas sus expectativas y contradicciones ideológicas y emocionales, depende el aporte que la Iglesia puede hacer al país en su conjunto.


Una mala mediación eclesial de la experiencia religiosa, además de bloquear el despliegue de la individualidad de los fieles, puede constituir derechamente un estorbo a la convivencia nacional. Evidentemente que no se trata de un "todo o nada". No existe la institución perfecta. En el extremo de las posibilidades, la Iglesia y la sociedad no pueden sino mirar a las sectas con desconfianza. La pretensión de posesión de una verdad que se impone absolutamente a la libertad de las personas, representa un peligro pequeño o grande para la entera sociedad, dependiendo del poder de la agrupación y de su voluntad política. Entre este extremo a veces posible y la imposible perfección de la institucionalidad eclesial, el PNUD detecta una molestia con la Iglesia Católica por "el ejercicio de las influencias tradicionales en los círculos de poder" (9) que los católicos no podemos pasar por alto.


b) Como contribución


Desembocamos aquí en un punto clave. Legítimamente el informe del PNUD reclama por más democracia. El deseo de protagonismo que unos mismos sujetos tienen por el doble título de ser cristianos y de ser ciudadanos en una sociedad abierta, exige hoy que la Iglesia Católica reconozca que la democracia constituye un valor cultural por sí misma, y no un mero medio entre otros medios de organización política. La importancia de este reconocimiento tiene valor precisamente en el evento que nos convoca: necesitamos una democracia que permita a todos, también a las minorías religiosas o filosóficas, entrar en el debate de los mínimos culturales y jurídicos que garantizan la convivencia en justicia y paz. Solo la democracia salvaguarda el pluralismo. El tema es complejo, pero más vale apostar a la posibilidad de un entendimiento entre los que pertenecemos a diversas tradiciones religiosas y humanistas, que entregar la configuración ética de la democracia al libre juego de fuerzas en el mercado de las creencias.


Nuevamente vemos en esto una oportunidad para la Iglesia Católica. También la democracia debe sus mejores valores, al menos remotamente, al cristianismo. La libertad, la igualdad y la fraternidad son valores centrales del Evangelio. La opción preferencial de Dios por los pobres proclamada por los obispos latinoamericanos engarza con la sensibilidad social de la democracia contemporánea. El concepto cristiano de "persona", mencionado más arriba, puede dotar a la democracia de un principio de respeto trascendente por el ser humano individual y de articulación de la convivencia a través del diálogo y la búsqueda de la comunión.


Los índices de adhesión a la democracia en Chile son preocupantes. Los distintos credos no debieran desentenderse de este dato. La Iglesia Católica puede hacer un aporte decisivo a la cultura democrática, si no a la democracia directamente. Lo hará si ella misma llega a ser más democrática (10). No es cuestión de importar acríticamente un modelo político. La Iglesia no carece de fuentes propias para inventar los mecanismos de acogida de la individualización que de hecho ocurre en los fieles católicos y dar a ellos mayor participación en lo que atañe a su experiencia religiosa y en la organización de su propia Iglesia.


Al término del Vaticano II el papa Pablo VI, navegando entre los que acusaban una inclinación antropocéntrica del Concilio y los que no veían en la fe cristiana más que una alienación, afirmaba: "que no se llame nunca inútil una religión como la católica, la cual, en su forma más consciente y eficaz, como es la conciliar, se declara toda en favor y en servicio del hombre" (diciembre de 1965). Al tenor de estas palabras, creo que los católicos debiéramos colaborar hasta instalar la democracia en la idea del Nosotros colectivo, como condición de posibilidad de una sociedad en la que podamos vivir en justicia y paz creyentes y no creyentes, judíos y cristianos.



NOTAS


(1) PNUD 2002, p. 189.


(2) Ibídem, p. 189.


(3) Ibídem, p. 189.


(4) Ibídem, p. 190.


(5) Ibídem, p. 202.


(6) Ibídem, p. 239.


(7) Cf. Juan Martín Velasco "Metamorfosis de lo sagrado" y futuro del cristianismo, Sal Terrae, Santander, 1998 p. 10ss.

(8) Ibídem, p. 241.

(9) Ibídem, p. 240.

(10) Cf. Gastón Pietri El catolicismo desafiado por la democracia, Sal Terrae, Santander, 1999, p. 203.



















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SANTIAGO DE CHILE

Hablemos de Doctrina... Como ha cambiado la Educaciòn y la Formaciòn Catòlica

Del catolicismo social al cato-socialismo: historia de un desvío
Acción Familia 1 Octubre 2003
Este año se cumplen 60 años de la publicación del primer libro del Profesor Plinio Corrêa de Oliveira “En Defensa de la Acción Católica” (1943) y 10 de su última obra “Nobleza y Elites tradicionales análogas“. Estas publicaciones constituyen un resumen de una vida: el primero es un grito en defensa de la Iglesia y, el segundo, en defensa de la Civilización Cristiana.
El Modernismo
Una “francmasonería católica”
El “catolicismo democrático”
Roma condena, los modernistas se esconden
Resurge el neo-modernismo
La Acción Católica
De la izquierda de la Acción Católica nace la teología de la liberación
Los errores denunciados por Plinio Corrêa de Oliveira en su obra “En Defensa de la Acción Católica” provenían de dos corrientes distintas pero entrecruzadas: una corriente de activismo socio-político izquierdista que, nacida como componente del “catolicismo social”, dio vida al “catolicismo democrático” del cual salió el “cato-comunismo”(o cristianos para el socialismo); y una corriente filosófico-teológica que, conocida como “catolicismo liberal”, dio origen al “modernismo” del cual salió la llamada “nouvelle théologie”.
“Mirando a mi alrededor estoy obligado a admitir que la corriente modernista está destruida, sus fuerzas estan por ahora agotadas. Debemos esperar el tiempo en que, por medio de un trabajo silencioso y secreto, habremos conseguido transbordar a la causa de la libertad una más amplia parte de los fieles”. Así se lamentaba el jesuita inglés George Tyrrel (1861-1909) después de la condenación de la herejía modernista. [1]
El Modernismo
Incubado en ambientes intelectuales de “vanguardia” bajo formas variadas y no siempre de acuerdo entre ellas, hacia fines del siglo XIX, el Modernismo quería producir profundas reformas en la doctrina y en la estructura de la Iglesia, con el pretexto de adaptarla al “espíritu de los tiempos”. Según Alfred Loisy (1857-1940), principal exponente de la corriente, “los modernistas forman un grupo bastante definido de hombres de pensamiento, unidos por el común deseo de adaptar el catolicismo a las necesidades intelectuales, morales y sociales de nuestros días”. [2] Especificando la magnitud de esta adaptación, afirmaba que el objetivo era “cambiar la Iglesia, su constitución, su doctrina y sus ritos”[3]
La adaptación querida por los modernistas no era de hecho ni superficial ni saludable. Esta habría alcanzado los mismos fundamentos de la Iglesia, comportando en la práctica su destrucción: “¡El viejo edificio eclesiástico deberá derrumbarse!”, proclamaba Loisy.[4] La misión de los modernistas, según Tyrell, era de “golpear y golpear la vieja carcasa de la Iglesia Romana”.[5] Por esto, en el acto de condenarla, San Pío X definió esta corriente como “la síntesis de todas las herejías”, especificando además: “si alguien se hubiera propuesto reunir en uno el jugo y como la esencia de cuantos errores existieron contra la fe, nunca podría obtenerlo más perfectamente de lo que han hecho los modernistas (…) [Los modernistas] han aplicado la segur, no a las ramas, ni tampoco a débiles retoños, sino a la raíz misma; esto es, a la fe y a sus fibras más profundas”.[6]
En Italia el movimiento modernista formó un grupo restringido entre intelectuales y sacerdotes como Tomás Gallarati Scotti, Stefano Jacini, Alessandro Casati, Antonio Fogazzaro, Giovanni Selva, Salvatore Minocchi, Giovanni Semeria e Giovanni Genocchi. Mayor interés tienen Ernesto Buonaiuti (1881-1946), primero profesor de Historia de la Iglesia en el Seminario del Apollinare y después de 1915 en la Universidad de la Sapienza de Roma, y Romolo Murri (1870-1944), uno de los principales animadores de la Democracia Cristiana.
A diferencia de tantas herejías del pasado, el Modernismo no combatía a la Iglesia desde el exterior, sino que trabajaba desde el interior, alcanzando a influir hasta en ambientes altamente situados. Es siempre San Pío X quien denuncia que: “los autores del error ya no deben buscarse entre los enemigos declarados, sino que, es lo que da una suma pena y temor, se esconden en el mismo seno de la Iglesia”
Una “francmasonería católica”
En el corazón de la corriente modernista, confiriéndole su dinamismo y coordinando sus manifestaciones, había una verdadera secta semi-secreta. El mismo Papa Sarto destacaba que “los modernistas son tanto más perniciosos cuanto menos aparecen”, cuanto más obran “en secreto”.
Le idea de una secta secreta que tramaba desde dentro la destrucción de la Iglesia podrá ciertamente hacer que se levante más de una ceja, casi como se tratase de un mediocre enredo policialesco. Sin embargo, eran los propios modernistas que se jactaban de ello. “Debemos hacer una francmasonería católica”, proponía Antonio Fogazzaro por boca de uno de los personajes de la novela Il Santo,”¿Masonería Católica?¡Sí, Masonería de las Catacumbas!” [7]
El “catolicismo democrático”
Pero los miembros de esta “francmasonería católica” no eran los únicos que querían reformar la Iglesia. Paralelamente y en conjunto con ellos actuaban también los exponentes de la corriente llamada católico-democrática.
A mediados del siglo XIX, como respuesta a las injusticias causadas por la revolución industrial, había surgido el así llamado “catolicismo social” que, además, se había dejado influenciar en algunos de sus ambientes por las doctrinas y las posturas de matriz socialista. Del deseo, en si laudable pero demasiado vago y romántico, de ayudar a los pobres se pasó en algunos casos a la profesión de las ideas igualitarias. De la denuncia, a menudo justificada, de la explotación de los obreros por parte de patrones no raramente se pasó al rechazo del sistema liberal capitalista y a una visión de la sociedad de tipo marxista. Este desvío a la izquierda dio origen, hacia fines del siglo XIX, a la corriente conocida como catolicismo democrático.
Desde 1867 existía en Italia la Sociedad de la Juventud Católica Italiana, dirigida por Giovanni Acquaderni. En Junio de 1874 tuvo lugar en Venecia un congreso católico que terminó creando un movimiento a nivel nacional. Esto se concretó un año después en el congreso de Florencia, del cual brotó la Obra de los Congresos y de los Comités Católicos en Italia. La presidencia fue confiada inicialmente al mismo Acquaderni.
Algún tiempo después, sin embargo, comenzaron a manifestarse los primeros roces. Los jóvenes líderes en ascensión dentro de la Obra representaban una orientación bastante diversa, afín con las nuevas ideas. Algunos sectores de la Obra comenzaron a manifestar una fuerte infiltración modernista y católico-democrática. En 1891, los sectores más radicales influenciados por Romolo Murri fundaron los “grupos democráticos” ubicados tan a la izquierda como para querer abandonar la etiqueta “democrática” sustituyéndola con la de “socialista”. [8] La corriente murriana brotó en el 19° Congreso nacional de la Obra realizado en Bolonia en 1903 y la vieja guardia salió derrotada.
Roma condena, los modernistas se esconden
Profundamente descontento por el éxito del congreso y, de modo general, por la forma que habían tomado algunos sectores de la Obra, en Diciembre de 1903 San Pío X publicó el motu proprio Fin dalla prima, en el cual delineaba una “normativa fundamental para la acción social de los católicos”, en contraste neto con las ideas católico-democráticas. Frente a la posición obstinada de estos sectores de la Obra, ahora reforzado por la corriente murriana, al año siguiente se separaron oficialmente de la asociación, dejando abierta solamente la Sesión guiada por el conde Medolago-Albani. [9]
Los “cristianos democráticos” respondieron de modo insolente convocando un congreso en Bolonia, donde fue fundada la Liga Democrática Nacional, de inspiración socialista. Para aclarar de una vez por todas la situación, San Pío X publicó entonces la encíclica Il fermo proposito, en la cual condenaba la corriente cristiano democrática. Don Murri fue primero suspendido a divinis y, después, excomulgado. Abandonando la sotana, se casó en 1912.
La audacia de los modernistas provocó una respuesta análoga del Pontífice. Después de repetidas e inútiles advertencias –recordemos particularmente la encíclica Pieni l’animo (1906) y la Alocución consistorial del 17 de Abril de 1907- San Pío X fue obligado a condenar el Modernismo con el decreto Lamentabile sane exitu (Julio de 1907) y la encíclica Pascendi Dominici gregis (Septiembre de 1907), en la cual lo define como “síntesis de todas las herejías”. En el texto latino original, la acusación suena aún más fuerte: “omnium haeresum collectaneum“, la cloaca donde desembocan todas las herejías.
Condenados de este modo, ¿los modernistas se someterían? De ningún modo. Habituados a trabajar en la semi-clandestinidad, se enmascararon aún más. “Os aconsejo que no os liguéis con un vínculo sensible”, aconsejaba Fogazzaro. “Podéis navegar seguros bajo el agua como los peces cautos, pero pensad que el ojo agudo del Sumo Pescador o vice-Pescador os puede descubrir fácilmente y cogeros con un golpe de arpón. Ahora yo no aconsejaré nunca a los peces más finos, más sabrosos, más buscados, de congregarse. Uds. pueden comprender qué puede suceder cuando uno es cogido y sacado fuera. Y, uds. lo saben bien, el gran Pescador de Galilea ponía los pescaditos en su vivero, pero el gran Pescador de Roma los fríe”.[10]
Pero el “ojo agudo del Sumo Pescador” vigilaba. En el motu proprio Sacrorum Antistitum (1910), S. Pío X denunciaba que los modernistas se estaban reagrupando en una “liga clandestina” (clandestinum foedus), advirtiendo además que ellos “no han abandonado su designio de perturbar la paz de la Iglesia” [11]
Resurge el neo-modernismo
En los años sucesivos, de las tenebrosas sinuosidades de esta liga clandestina, la chusma modernista llevó adelante el “trabajo silencioso y secreto” propuesto por George Tyrell, estableciendo así los fundamentos de lo que Pío XII después llamará Nouvelle Théologie, sucesivamente condenada en varios documentos, especialmente en la encíclica Humani generis. (1950) [12]
Esta es la fuente contaminada de la mayor parte de los errores teológicos contemporáneos.
“Obligados a una especie de vida clandestina”, explica Albert Besnard, O.P., “los modernistas continuaron a obrar de modo secreto, inspirando sucesivamente a la mayor parte de las contestaciones religiosas que hoy vemos en la Iglesia”. [13] Don Germano Pattaro, del Seminario Patriarcal de Venecia, precisa igualmente que: “el cambio de perspectiva se operó dolorosa y trágicamente con el modernismo que fue retomado y repropuesto en la Nouvelle Théologie”.[14]
En el ínterin, sin embargo, intervino un factor que podría haber cambiado substancialmente la situación. Además de la facundia de sus mentores, lo que había llevado a la ruina a la secta modernista fue su escasa influencia sobre la opinión pública. El modernismo permaneció como un fenómeno de élites intelectuales y, al comienzo, hasta los nuevos teólogos padecieron con esta situación. Les faltaba un movimiento de masas que permitiese la difusión masiva de las nuevas ideas. La ocasión se presentó a fines de los años ’20.
La Acción Católica
En los años ’20 el Papa Pío XI emprendió la reorganización de los laicos, dando vida a la moderna Acción Católica, siguiendo un esquema que fue reproducido después en todo el mundo. En la intención del Sumo Pontífice, la AC debería constituir un vasto movimiento apto para coordinar el empeño apostólico de los seglares, bajo la guía de la Jerarquía. [15] De ahí la definición: participación de los laicos en el apostolado jerárquico de la Iglesia.
Desgraciadamente, casi desde el comienzo existió dentro de la nueva asociación una conspicua presencia de la corriente católico-democrática y de la neo-modernista. Inspirados en pensadores como Jacques Maritain (1882-1972) y Emanuel Mounier (1904-1950), así como de teólogos como Marie-Dominique Cheng (1895-1989) y Henri de Lubac (1896-1991), núcleos de activistas se introdujeron en algunos sectores de la Acción Católica, sirviéndose de ella para la difusión de sus errores y empujándola en una dirección opuesta a la querida por el Pontífice.
Los años ’30, como dice el historiador Adrien Dansette, “señalaron un decisivo cambio de dirección en el catolicismo”.[16] Fue su principal protagonista la Acción Católica, por medio de sus sectores más dinámicos que, según el caso, eran los que más sufrían esta infiltración. El cambio de dirección se realizó de dos modos.
Primeramente, las antiguas asociaciones católicas, fieles a la orientación de San Pío X, fueron absorbidas y por lo tanto neutralizadas, utilizando métodos más bien ambiguos. Refiriéndose, por ejemplo, al modo por el cual la AC fue introducida en Estados Unidos, el padre Andrew Geeley, un protagonista del hecho, revela que “fueron fundadas nuevas asociaciones, las antiguas fueron infiltradas y reorganizadas”.[17]
Por otra parte, muchos de los militantes sufrieron un proceso que podríamos llamar de trasbordo ideológico, llevando a desmantelar su mentalidad tradicional sustituyéndola por las nuevas ideas e induciendo a los más radicales a asumir posiciones francamente revolucionarias.
El desvío izquierdizante dentro de la AC no fue uniforme en todos sus sectores, ni se manifestó de modo igualmente virulento en todos los países. Es innegable, por ejemplo, que el liderazgo de Luigi Gedda, apoyado por Pío XII, frenó esta infiltración en sectores de la AC italiana. [18]
Pero desgraciadamente no fue así en todas partes. En Francia, posiblemente la principal fábrica de las nuevas ideas, el desvío fue tan grave que indujo a sectores enteros de la AC a adherir al socialismo y aún al comunismo. [19] Cuando, a comienzos de los años ’70, fue fundado en Francia Cristianos por el Socialismo, cinco grupos de AC adhirieron a ellos en bloque.
El caso de la Acción Católica brasileña constituye en la especie un ejemplo paradigmático. El desvío era visible sobre todo en la JUC (Juventud Universitaria Católica). Inspirándose en Maritain, Mounier, Teihlhard de Chardin y otros pensadores, en su mayoría franceses, la JUC “tomó una tonalidad siempre más socialista”, como lo explica Luiz Alberto Gómez de Souza. [20] En 1959 la JUC saludó con entusiasmo la revolución comunista de Fidel Castro. De la JUC nació la Acção Popular (Acción Popular), que en 1962 de define como “socialista” y en 1972 se transforma en la Acção Popular Marxista-Leninista, terminando por ser incorporada al Partido Comunista. Algunos militantes de la AC llegaron a participar de la lucha armada en los años de plomo.
De la izquierda de la Acción Católica nace la teología de la liberación
En el campo teológico, el hundimiento no fue menos llamativo. Para dar un ejemplo, la famosa teología de la liberación nació en este ambiente de la Acción Católica latinoamericana. Gustavo Gutiérrez, considerado el “padre fundador” de la corriente, era capellán de la UNEC (Unión Nacional de los Estudiantes Católicos), el equivalente peruano de la JUC. El “obispo rojo”, D. Helder Cámara, era entonces el capellán de la AC. El P. Ronaldo Muñoz, mentor de los Cristianos para el Socialismo, era líder de la JUC chilena. Fray Betto, actualmente miembro del gobierno Lula, era presidente de la JEC (Juventud Estudiantil Católica). El elenco podría continuar casi ad infinitum. Es necesario notar que la primera editora de los libros de la teología de la liberación fue MIEC-JECI (Movimiento Internacional Estudiantil Católico – Juventud Estudiantil Católica Internacional), emanación de la AC.
El teólogo de la liberación Pablo Richard afirma claramente que: “la JUC de los años 1960 vivía ya la efervescencia del cristianismo revolucionario” que habría dado vida a esta corriente. [21] Más explícito, Luiz Alberto Gómez de Souza explica que “fue en Brasil, y más concretamente en la Acción Católica, que comenzaron a tomar forma las instituciones que luego darían origen a la teología de la liberación“. [22]
Recapitulando el proceso, el historiador Samuel Silva Gotay afirma que la teología de la liberación “salió de la radicalización de las doctrinas y de la práctica del catolicismo social (…) del paso del catolicismo social al cristianismo revolucionario”.[23]
La infiltración denunciada por Plinio Corrêa de Oliveira en el ahora lejano 1943 había desgraciadamente alcanzado su objetivo.
(Artículo traducido de la revista: Tradizione, Famiglia, Proprietà, Mayo 2003, Año 9 N° 2, Roma)
————————————————————–
[1] Citado en E. Rivière, “Modernismo”, Dictionnaire de Théologie Catholique, Vol. CC, col. 2042.
[2] Alfred Loisy, Simples Réflexions sur le Decret du Saint Office Lamentabili Sane Exitu, et sur l’Encyclique Pascendi Dominici Gregis, p. 13, in Arthur Vermeersch, “Modernism”, Catholic Encyclopedi, Caxton Publishing, Londres, 1911, Vol. X, pág. 416.
[3] In Vicente Maumus, Les Modernistas, Beauchesne, París, 1909, pág. 9.
[4] Carta al P. Marcel Hébert, in Alec Vidler, The Modernist Movement in Roman Church. Its origins and outcome, Gordon Press, New York, 1976, pág. 78.
[5] Carta del 28 de Noviembre de 1907, ibid., pág. 78.
[6] S. Pío X, Pascendi Dominici Gregis, Septiembre de 1907.
[7] Antonio Fogazzaro, Il Santo, Milán, sin Editor, 1907, págs. 44, 48
[8] Luidi Civardi, Compendio di storia dell’Azzione Católica italian, Coletti, Roma, 1956, pág. 54
[9] Para una historia de la Obra, ver Ernesto Vechesi, Il movimento católico in Italia, Società Editrice La Voce, Florencia, 1923.
[10] A. Fogazzaro, Il Santo, pág. 44.
[11] Acta Apostolicae Sedis, 9 de Septiembre de 1910, núm. 17.
[12] Cfr. La encíclica Mystici Corporis Christi (1943) y Mediator Dei (1947) además de las alocuciones a los Padres Jesuitas del 17 de Septiembre de 1946 y a los Padres Dominicanos del 22 de Septiembre.
[13] Albert Besnard, O.P., “Modernismo”, in Les Religions. Les dictionnaries du savoir moderne, de Jean Chevalier., Centre d’Etude et de Promotion de la Lecture, París, 1972, pág. 306.
[14] Germano Pattaro, Curso de Teología del ecumenismo, Brescia, 1985, pág. 344.
[15] Giacomo de Antonellis, Storia dell’Azione Católica,Rizzoli, 1987, págs. 153 y ss.
[16] Adrien Dansette, Destin du catholicisme français 1926-1956, Flammarion, Paris, 1957, pág. 5.
[17] Andrew Geeley, The Catholic Experience, Doubleday & Company, New York, 1967, pág. 257.
[18] Luigi Gedda, 18 de Abril, Memoria inédita del artífice de la derrota del Frente Popular, Mondadori, Milán, 1998.
[19] Cfr. Georges Suffert, Les Catholique el la Gauche, Maspero, París, 1960; Jean-François Kesler, De la gauche dissidente au nouveau Parti Socialista. Les minorités qui ont rénové le P.S., Bibliotèque Historique Privat, Toulouse 1909; A. Latreille, J.R. Palanque, E. Deraruelle, R. Rémond, Histoire du Catholicisme en France, Spes, París, 1962, Vol. III.
[20] Luis Alberto Gómez de Souza, A JUC. Os estudantes católicos e a política, Petrópolis, Editora Vozes, 1984, p. 156.
[21] Ibid., pág., 10.
[22] Ibid., pág. 9.
[23] Samuel Silva Gotay, “Origem e desenvolvimento do pensamento cristão revolucionário a partir da radicalização da doctrina social cristãs nas décadas de 1960 e 1970”, in CEHILA, História da teologia na América Latina, Edições Paulinas, São Paulo, 1981, pág. 139.

AVE MARIA (En 7 idiomas)

http://www.obispadoarica.cl/marianas/ave_maria_7_idiomas.htm

Latín
Ave Maria, gratia plena, Dominus tecum: Benedicta tu in mulieribus et benedictus fructus ventris tui Jesu. Sancta Maria, Mater Dei, ora pro nobis peccatoribus, nunc et in hora mortis nostrae. Amen.
Portugués
Ave Maria, cheia de graça, o Senhor é convosco, E bendita sois vós entre as mulheres e bendito é o fruto de vosso ventre, Jesus. Santa Maria, mãe de Deus, rogai por nós pecadores, agora e na hora de nossa morte. Amém.
Italiano
Ave Maria piena di grazia, il Signore è con te. Tu sei benedetta tra le donne e benedetto è il frutto del tuo seno Gesù. Santa Maria, Madre di Dio, prega per noi peccatori, adesso e nell'ora della nostra morte. Amen
Español
Dios te salve María llena eres de Gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Francés
Je vous salue, Marie pleine de grâce, le Seigneur est avec toi. Tu es bénie entre toutes les femmes et Jésus, le fruit de tes entrailles, est béni. Sainte Marie, Mère de Dieu, prie pour nous, pauvres pécheurs, maintenant et à l'heure de notre mort.Amen.
Inglés
Hail Mary, full of grace, The Lord is with thee; Blessed art thou among women and blessed is the fruit of thy womb, Jesus. Holy Mary, Mother of God, pray for us sinners now and at the hour of our death. Amen.
Alemán
Gegrüßet seist du, Maria, voll der Gnade, der Herr ist mit dir. Du bist gebenedeit unter den Frauen, und gebenedeit ist die Frucht deines Leibes, Jesus. Heilige Maria, Mutter Gottes, bitte für uns Sünder jetz tund in der Stunde unseres Todes. Amen.

De Marca Mayor...

La Carta de la Tierra: Gobierno Mundial y Religión Universal
Recopilación tomada de NoticiasGlobales.orgAutor: Juan C. Sanahuja
La Carta de la Tierra 2007. México, Brasil, Argentina, España. El Consejo del Futuro Mundial
Los últimos meses -según su propia información- han sido tiempos de éxitos y festejos para la iniciativa panteísta de la Carta de la Tierra, el documento expresamente elaborado para sustituir al Decálogo, y llegar a ser el nuevo paradigma ético del milenio, como declaró en 1992 uno de sus promotores el ruso Mikhail Gorbachov.
La Carta es un instrumento de la “nueva ética planetaria” o “nueva ética universal de vida sostenible”. Procura imponer el relativismo moral y al menos el igualitarismo cuando no el indiferentismo religioso; niega la trascendencia de los seres humanos, a los que no les reconoce su dignidad, sino que los equipara al resto de las criaturas: animales, plantas…Es uno de los instrumentos más dañinos de la reingeniería social anticristiana, sobre todo por parecer inocuo y hasta positivo a los poco alertados. Adopta la perversa interpretación de los “nuevos” derechos humanos. La defensa de “toda vida” que dice sostener no le impide justificar el aborto, la esterilización forzosa, la eutanasia, etc. Su indigenismo es cristofóbico y promueve la vuelta al paganismo, incluso rescribiendo la Biblia en clave panteísta.
México
En México, el 22 de abril pasado, para conmemorar el Día de la Tierra, el presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, y los Ministerios del Medio Ambiente y de Educación firmaron un “acuerdo formal” para colaborar en la inserción de los principios la Carta de la Tierra en todo el sistema educativo mexicano. El acuerdo también representó la adopción formal del Decenio de las Naciones Unidas de la Educación para el Desarrollo Sostenible, que promueve Carta de la Tierra Internacional en alianza con la UNESCO, (1)
Firmaron el convenio el Secretario del Medio Ambiente, Juan Rafael Elvira Quesada, y la Secretaria de Educación, Josefina Vázquez Mota. Estuvo presente el co-presidente de Consejo Internacional de la Carta de la Tierra, Steven Rockefeller. La principal conexión del gobierno mexicano con la Carta es Mateo Castillo Ceja -miembro del Consejo Internacional-, director de la Unidad Coordinador de Participación Social y Transparencia del gobierno de ese país.
En marzo el Foro Universal de las Culturas de Monterrey la adoptó como guía y firmó el convenio definitivo el 4 julio. El 22 de abril firmó la adhesión a la Carta la municipalidad de Morelia.
Brasil
También para el llamado Día de la Tierra (22 de abril), hubo una serie de “reuniones de alto nivel en Brasil”, que incluyó la firma de un acuerdo formal entre la Ministra del Medio Ambiente, Marina Silva; el Centro de Petrópolis para la Defensa de los Derechos Humanos de Leonardo Boff y Carta de la Tierra Internacional (CTI). Además CTI firmó otro “compromiso formal” con el alcalde de Sao Paulo, Gilberto Kassab.
A principios de mayo en el Centro de Capacitación AmanaKey (Sao Paulo) -un centro de formación empresarial ligado al Consejo de la Carta de la Tierra-, los miembros de ese Consejo tuvieron su reunión anual del 2007 “para ampliar la Iniciativa de la Carta de la Tierra”.
Fijaron como objetivo incluir la visión integral de la Carta de la Tierra en varias actividades internacionales: la Asamblea Mundial de Civicus en Glasgow (mayo del 2007), el Congreso Mundial de Educación Ambiental en Durban (julio del 2007), los conciertos "Live Earth" (Tierra Viva) sobre el cambio climático (julio del 2007), el Congreso "Tblisi+30" sobre Educación para la Sostenibilidad, en Ahmedabad, India (noviembre del 2007), bajo el patrocinio de la UNESCO y el Centro para la Educación Ambiental (CEE) de India, organización afiliada a la CTI; y el Congreso Mundial de la Unión Mundial para la Naturaleza en Barcelona (2008).

Extraido de:
© 2008
"Estote fortes et pro catholica fide alacriter et strenue pugnate"

Fiesta de la Divina Misericordia

Este Domingo, 30 de marzo, la Obra de la Divina Misericordia invita a todos los fieles a la Santa Misa Solemne, presìdida por S.E. Rvdma. Mons. Fernando Chomalí G., Obispo Auxiliar de Santiago, a las 16:00 hrs. en la Catedral Metropolitana de Santiago.
Sacerdotes confesarán desde las 15:00 horas, mientras se reza la Coronilla a la Divina Misericordia.


Acabada la Santa Misa, se darán a venerar a los fieles las reliquias de Santa Faustina Kowalska, religiosa polaca, elegida por el Señor, para ser la difusora y secretaria de de la devoción a su Divina Misericordia.


Asistiendo a ésta Misa, los fieles obtendrán la Indulgencia Plenaria si cumplen con todos los requisitos requeridos: Confesión, Comunión sacramental y oración por las intenciones del Santo Padre.

Tradiciòn que no se pierde... Viva Cristo Rey!!!

La fiesta del Cuasimodo es una costumbre única y particular del Chile central. Esta celebración del mundo Católico chileno fue definida por el Papa Juan Pablo Segundo como “Un verdadero tesoro del pueblo de Dios”. Por segundo año acompañé a los Cuasimodistas de San José de Maipo en su cabalgata a lo largo del Cajón del Maipo. Es sobre las impresiones vividas en estas horas de unión y fe sobre lo que deseo escribir para nuestros lectores.

Una fiesta o ritual adquiere significado cuando los participantes se involucran en forma profunda. Es decir, son las convicciones las que llevan a la acción y no simplemente el cumplir con una costumbre. Varias fiestas que tenían profundo significado en el pasado han ido perdiendo el mismo a lo largo de los años, especialmente porque a menudo la esencia se ha ido reemplazando por un mensaje netamente comercial. Un buen ejemplo lo constituye la Navidad. Si bien aún tiene un importante significado para el mundo Cristiano, toda la presión comercial ha tendido a ahogar el mensaje verdadero.

Un altar familiar en El Manzano esperando al Sacerdote

Por suerte aún existen muy buenos ejemplos de tradiciones que mantienen su significado profundo. Es el caso de la Fiesta de La Tirana o la celebración de San Pedro en nuestro litoral. También es el caso del Cuasimodo. Si uno lo piensa, el origen es sencillo y puro: llevar la eucaristía, expresión de la comunión con Cristo, a las personas enfermas que no pudieron ir a misa el Domingo de Resurrección. Pero no es solo el Sacerdote el que lleva la Comunión a los enfermos. Es el Sacerdote acompañado por los miembros de su Parroquia, los que se han transformado en “soldados de Cristo”. Así que en la misma ceremonia existe también una reafirmación del sentido de comunidad y unión entre los integrantes de la parroquia.

En una comuna rural como San José de Maipo, la vida está profundamente entroncada con la tierra y el medioambiente. La vida en el Cajón está ligada a la montaña, los ríos, los valles y los caballos. Cada uno de estos elementos es parte esencial del todo que forma la vida en este valle Cordillerano. La fiesta del Cuasimodo es aquí por lo tanto una reafirmación de la fe Cristiana como también de los lazos entre la comunidad y los lazos entre los hombres y la tierra. Participan de esta comunión tanto los enfermos y sus familias que han levantado pequeños altares en espera de la eucaristía, los cabalgantes y participantes de la procesión y los demás integrantes de esta gran actividad que transcurre entre las montañas.

Este año desde muy temprano se comenzó a reunir el grupo a la vera del puente El Manzano. A medida que la claridad aumentaba y los primeros rayos de sol iluminaban con oro los picachos de piedra de las Torrecillas se fueron juntando Cuasimodistas en bicicleta, en vehículo y a caballo. Todos con sus mejores atuendos y muchos de ellos con pañuelos y esclavinas en los colores papales.

  1. Dando la Comunión en El Manzano

En un momento dado llegó nuestro Sacerdote, padre Héctor Llanos, acompañado por el diácono Gabriel. Ambos montaron al birlocho Parroquial tirado por dos hermosos caballos y el todo primorosamente arreglado con guirnaldas y flores. Cerca de las ocho y media de la mañana se inicia la procesión, llevando primero la eucaristía a dos familias cercanas al puente y siguiendo luego hacia el Manzano.

Cuando la comitiva completa partió, la hilera total sobrepasaba con facilidad el kilómetro. Abre la procesión el campanillero, que con su sonido señala la cercanía del Sacerdote. Al campanillero lo escoltan dos huasos con banderas. Uno lleva la bandera Chilena y el otro la bandera del Vaticano. También otro huaso lleva el pendón de los Cuasimodistas del Manzano. Sigue el birlocho de la Iglesia, tras el cual va la larga columna de huasos a caballo. Al final de la cabalgata viene el camión con el coro parroquial, el que con sus cantos y música anima y alegra a toda la columna. Van cerrando los Cuasimodistas en bicicleta y los demás camiones y automóviles que completan esta fiesta de alegría y fe.

En varias partes se detiene la columna, el campanillero acompañado por los bandereros se acercan a los altares de la vera del camino y resguardan a nuestro Sacerdote mientras él se acerca a dar la eucaristía. No es simplemente un acto formal. Vi a cada huaso actuar con la misma seriedad y concentración con la que actúa la Guardia Suiza del Vaticano. También la ceremonia misma de la eucaristía tiene la solemnidad que podría tener en el templo más importante de la Cristiandad.

En el trayecto hacia San José de Maipo hay dos momentos de relajo y descanso. El primero es en El Quillayal, al lado del casa Bosque. Los caballos descansan un instante y los jinetes pueden recuperar aliento. Aquí uno puede observar que hay jinetes de los siete a los setenta años, hombres, mujeres, niños y niñas. Cada uno con total conciencia de la importancia de lo que hacen, cada uno aprendiendo de la riqueza de esta tradición.

El birlocho y el camión en Guayacán

El siguiente momento de descanso es el desayuno en Guayacán. Aquí nos ofrecen jugo y empanadas gente de Vertientes, esto por la generosidad de participar y colaborar al éxito del emprendimiento. También participaron de este desayuno los Carabineros en moto que escoltan a la columna para asegurar el desplazamiento libre de la misma. Ya se acerca la parte culminante de esta fiesta. Así que se revisan monturas, cinchas y arreos. Los ciclistas preparan mejor sus bicicletas y los automóviles perfeccionan sus engalanaduras. Para que decir del Coro Parroquial, este junta fuerzas para animar a los Cuasimodistas para la entrada a San José.

A estas alturas yo ya estaba arriba del camión del coro. La entrada hacia San José, por la larga recta que conduce al pueblo fue un espectáculo maravilloso. Luego se enfiló hacia la población La Victoria y el Hospital Sanatorio. En el mismo se dio la comunión primero frente a un hermoso altar y luego en las diferentes salas donde había pacientes que no pudieron salir de sus lechos de enfermo.

  1. En el Hospital Sanatorio

Después del Hospital la procesión siguió avanzando por varias calles del pueblo llevando el consuelo de la fe a los que lo necesitaban. A estas alturas me fui a la plaza para esperar la llegada de los Cuasimodistas a nuestra Iglesia Parroquial.

Fue solo después de la una y media de la tarde que el birlocho, precedido por el campanillero y sus escoltas a caballo, entraron al galope a nuestra plaza. Numeroso público los esperaba, incluyendo a no pocos turistas nacionales y extranjeros que vinieron a compartir estos momentos mágicos. Una vez llegado el birlocho frente a la Iglesia, descendió nuestro Sacerdote y él entró para iniciar esta misa tan especial.

  1. La entrada a San José

Igual que el año pasado, las primeras plazas se reservaron para los Cuasimodistas. La ceremonia incluye ofrendas de pan, frutos de la tierra y productos típicos de nuestra zona. Es la ofrenda y unión de lo terrenal y lo divino. Un momento sumamente hermoso fue cuando se bailó un pie de cueca en homenaje a nuestro Señor.

Si la misa en sí es un acto de meditación y reafirmación de la fe, esta misa del Cuasimodo es además una expresión de la unión de los fieles de la Parroquia entre sí y con los elementos de la tierra.

La tradición del Cuasimodo es parte integral de nuestra tierra. Fue una alegría compartir nuevamente con todos los que aquí estuvieron. Fue una alegría aún mayor ver a muchos jóvenes que serán a futuro los continuadores de “este verdadero tesoro del pueblo de Dios…”

  1. El coro Parroquial en el Hospital Sanatorio

  1. La señora Otilia en la primera lectura

  1. Un aspecto de la misa del Cuasimodo

Prof. Roberto Román L.

Universidad de Chile

http://www.fotolog.com/mundo_catolico

http://www.fotolog.com/mundo_catolico

Cuasimodo: Fiesta de Unión y Fe…

Cuasimodo, tesoro del Pueblo de Dios

Cuasimodo es una expresión de religiosidad popular característica de la zona central de Chile que se celebra, desde la época de la Colonia, el domingo siguiente a la Pascua de Resurrección.

Se trata de una celebración única en el mundo católico y fue definida por el Papa Juan Pablo II como un "verdadero tesoro del pueblo de Dios" (La Serena, 5 de abril de 1987).

La palabra Cuasimodo procede del latín Quasi modo, que significa “Al modo de”, y corresponde a las primeras palabras de la antífona de entrada de la Misa de ese domingo (Segundo domingo de Pascua) Quasi modo géniti infantes: “Como niños recién nacidos, busquen con ansia la leche pura del espíritu, para que por medio de ella crezcan y tengan Salvación, ya que han gustado la bondad del Señor” (1 Pe 2, 2-3)

Ese día la Iglesia, en un ambiente de gozo, sale a recorrer calles y caminos para llevar la comunión a los hogares donde se encuentran los enfermos que no pudieron recibir a Cristo Resucitado en la Santa Eucaristía.

El celebrante lleva el Santísimo con las hostias consagradas. Le acompañan los cuasimodistas –como niños recién nacidos- a caballo, en coches, carretelas, bicicletas y vehículos, en una acción conjunta de servicio y solidaridad al que sufre y está enfermo. En varios lugares además van acompañados de grupos musicales que interpretan cantos religiosos y melodías del folclor chileno.

La fiesta de Cuasimodo se ha constituido y ganado un lugar destacado en la Pastoral de la Iglesia como una gran celebración religiosa popular y de tradición nacional. Es el gran día para el encuentro con las raíces de nuestra tierra, especialmente para los campesinos rurales, como también para aquellos que han sido “transplantados” a las ciudades y que en lo íntimo de su ser desean reencontrarse con sus orígenes.

Para el día que se celebra o se “corre Cuasimodo”, las distintas asociaciones de cuasimodistas, a lo largo de todo el país, se preparan con meses de anticipación, con fe, cariño y esfuerzo, poniendo en condiciones sus cabalgaduras, aperos, trajes, adornando las carretas, coches, colosos, carretones, bicicletas y vehículos motorizados.

Historia del Cuasimodo

El Concilio de Trento, celebrado por la Iglesia Católica entre 1545 y 1563, estableció la obligación de comulgar en Pascua de Resurrección o al menos una vez al año. De acuerdo a este precepto, que también se extendió a América, comenzó la costumbre en los sacerdotes de llevar la comunión a los enfermos que no podían asistir a la Iglesia, servicio que en la actualidad ha llegado a ser parte importante de la pastoral de los enfermos, verdadero tesoro de la Iglesia.

También en Chile los párrocos, sobre todo en las zonas rurales, comenzaron a llevar a Jesús Eucaristía a los enfermos. Pero al desplazarse por los campos, las grandes distancias a recorrer y la necesidad de hacerlo en el menor tiempo posible, se vieron en la necesidad de buscar entre los feligreses a algunos voluntarios que los acompañaran, por lo significativo de su misión. Así partió la tradición de que los sacerdotes fueran escoltados por huasos a caballo, mientras ellos viajaban en coche con el Santísimo. La fiesta de Cuasimodo ha contribuido a que las cabalgaduras, aperos, vestimentas y carruajes de esas primeras épocas sigan siendo usados hasta la actualidad.

Se estima que esta forma de expresión de fe popular es una herencia colonial, aunque no existen crónicas de esos años durante los albores de la República aparecen algunos registros del Cuasimodo.

En 1974, el sacerdote español Domingo del Álamo peregrinó a Maipú con un grupo de cuasimodistas. Tomó contacto con el rector del Santuario nacional, Padre Raúl Feres y el equipo pastoral del Templo Votivo, y se comenzó a gestar la idea de organizar a los huasos y ciclistas que mantenían viva esta antigua fiesta de religiosidad popular. En 1975 se realizó la primera peregrinación al Templo Votivo de Maipú con la asistencia de cinco cuasimodos de la región Metropolitana y otros grupos de otras zonas cercanas.

En la actualidad, desde Arica a Coyhaique se estiman en más de cien mil los cuasimodistas, agrupados en aproximadamente 150 cuasimodos, que acompañan a Cristo Resucitado a los hogares de los enfermos.

Símbolos de Cuasimodo

Algunos de los elementos que usan los cuasimodistas en esta celebración son el pañuelo en la cabeza, que reemplaza al sombrero en señal de respeto, y la esclavina, tomada de la vestimenta sacerdotal, que sustituye al poncho, en señal que se reviste para un servicio a la Iglesia. Ambas prendas son normalmente de color blanco con ribetes amarillos con grabaciones de la cruz, hostia, cáliz, y otras imágenes religiosas.

También llevan durante el recorrido la Cruz que preside la procesión; el Palio para dignificar al Santísimo lo mismo que al sacerdote que lo lleva; los estandartes de los diferentes Cuasimodos; y la campana, para proclamar y anunciar la llegada y paso del Santísimo. Se usan los colores papales y nacionales.

Habitualmente, en la eucaristía con que concluye esta rica costumbre religiosas, los huasos también presentan, en los dones del Ofertorio, productos de nuestra tierra.

Actividades de la Asociación Nacional de Cuasimodistas

La Asociación nacional de Cuasimodistas es una entidad con personalidad jurídica canónica, sin fines de lucro y cuya misión es animar la vida y misión de sus miembros como testigos de Cristo que visita a los enfermos y anuncia la Salvación. Otro objetivo de la Asociación es dar testimonio público de su vida y misión según la tradición del cuasimodo; que consiste en acompañar a los Obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, diáconos o ministros de comunión, que llevan a Cristo Resucitado y Sacramentado a los enfermos que lo solicitan.

Entre otras actividades, la Asociación Nacional de cuasimodistas realiza reuniones mensuales con los delegados, en los diferentes recintos de las parroquias donde existe un Cuasimodo. También se forman en Catequesis y Liturgia, visitan diferentes Cuasimodos durante el año, y organizan peregrinaciones a los Santuarios de Maipú, de Santa Teresa de Los Andes, del Padre Alberto Hurtado y de Laurita Vicuña, entre otros. Una vez al año se congregan en el encuentro Nacional de Cuasimodistas, que dura tres días.

Oración del Cuasimodo

Santo, Santo, Santo, Señor Dios del Universo,
con amor y respeto te adoramos
en el cuerpo y la sangre de tu Hijo Jesús
nuestro hermano, presente en el pan y el vino.
Ofrenda de nuestros campos y fruto del trabajo del hombre.
Tu Hijo queremos llevar a los enfermos y necesitados
porque Tu eres Señor el Dios de los humildes,
el Dios de Abel el campesino,
de Moisés el pastor,
de José el carpintero,
de María nuestra Madre.
Ayúdanos a respetarnos como hermanos;
que hagamos realidad tú Reino de justicia, paz y fraternidad.
El cielo estén llenos de la majestad de tu gloria.
La alegría y el amor siempre son tu compañía
y compartirlo es nuestro regalo y misión.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo.

viernes, 28 de marzo de 2008

Declaran su muerte cerebral… y despertó: La historia de Zack Dunlap


Un joven de 21 años ha sido protagonista de una sorprendente historia en Estados Unidos. Sufrió un grave accidente, los médicos que lo trataban declararon su muerte cerebral pero despertó poco antes de que le extirparan los órganos vitales que serían donados a otros pacientes.


Zack Dunlap explica que no recuerda el accidente, pero sí recuerda haber oído al doctor que lo declaró muerto. “Lo escuché y me volví loco por dentro”, comentó el muchacho de Oklahoma, en el programa Dateline de la cadena estadounidense NBC que lo entrevistó junto a sus padres y su hermana Casey.



Las pruebas iniciales tras el accidente mostraban que no había habido flujo de sangre en el cerebro de Zack, y los doctores determinaron que se trataba de alguien con muerte cerebral.



Tras la decisión, se informó a la familia Dunlap. Mientras ellos se dirigían a despedirse del hijo al que creían fallecido, un equipo se preparaba para extraer los órganos que servirían para transplantes en otros pacientes.



La abuela de Zack, Naomi Blackford, rezaba por su nieto. Ella comentó a NBC que lo único que pedía “era un milagro. Era demasiado joven para que Dios se lo llevara. No era su momento”.



Dan Coffin, un primo de Zack y además enfermero, miró el monitor que daba cuenta de los signos vitales del joven y pensó que había cierta mejoría. Sacó su pequeña cuchilla de bolsillo y la pasó por una planta de los pies del muchacho. Dunlap la arqueó, pero para la enfermera encargada era solo un movimiento reflejo. Coffin intentó luego otra prueba con las manos lo que hizo que Zack cruzara uno de sus brazos sobre el otro, clara señal de actividad cerebral.



De vuelta a la vida



Inmediatamente los médicos retomaron el tratamiento médico. Dos días después le retiraron el respirador artificial y al cabo de cinco días Zack pudo despertar y mirar a su alrededor. Una semana después comenzó a responderle a su neurocirujano y a decir sus primeras palabras.



“Miró a todos lados y me dijo ‘Te amo’”, explica Pam Dunlap, la madre del muchacho, que ese mismo día comenzó a dar algunos pasos.



El cirujano de Zack afirma que no existe explicación médica para su recuperación, dado que todos los procedimientos se siguieron adecuadamente. El resto del personal del hospital a cargo de Dunlap concuerda con esta opinión: todas las pruebas habían sido precisas y se habrían dado cuenta de la existencia de signos vitales en el joven antes de sacarle cualquier órgano.



“Ambos sentimos que Dios tiene un gran plan para Zack. Haremos todo lo que esté en nuestras manos para que lo alcance, sea lo que sea”, relata Pam Dunlap.



Zack ha resuelto dedicarse a la pesca. “No más cuatrimotos”, dijo a Dateline NBC.

martes, 25 de marzo de 2008

De Pascua a Pentecostès...

EL CAMINO DE LA LUZ
VIA LUCIS

Como natural culminación del Vía Crucis, ha surgido en los tiempos recientes la práctica del Vía Lucis: la meditación orante del misterio glorioso del Señor, que comprende desde la Resurrección a Pentecostés. Él nos enseña a caminar en el mundo como "hijos de la luz", reconociendo su presencia permanente entre nosotros y dando testimonio de la vida del Resucitado.

Así como durante Cuarenta días la Iglesia nos hace vivir la Cuaresma preparándonos en la oración, el sacrificio y la limosna como preparación para la Semana Santa, así también durante Cuarenta días nos hace disfrutar del Triunfo de Jesús hasta la Ascensión, y más propiamente durante Cincuenta días nos hace vivir en la alegría hasta recibir el Espíritu Santo en Pentecostés.

Conviene eliminar un cierto sentido trágico de la fe, en que se subraya sólo el dolor y el sufrimiento, pero olvidamos el gozo y la esperanza. Son muchos los cristianos que se quedan sólo observando la Cruz y olvidan que Jesús hoy vive como el Resucitado y el Resucitador de sus hermanos.

Tal como el Vía Crucis, este “Camino de la Luz” puede ser vivido en cualquier tiempo del año, y se pueden utilizar flores, cirios, aclamaciones, danzas y cánticos gozosos. Nos parece necesario recuperar la fiesta en nuestra vida cristiana y este puede ser un excelente instrumento para hacerlo.

En algún lugar del mundo encontramos este “Vía Lucis” que hemos adaptado a nuestra realidad.

P. Cristián Precht
P. Miguel Ortega


NOS REUNIMOS A CELEBRAR EL TRIUNFO GLORIOSO
DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.
Y LO HACEMOS EN NOMBRE DE LA SANTA TRINIDAD:

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén,

Nos dice San Pablo:

CRISTO JESUS, siendo de naturaleza divina,
no consideró un tesoro indispensable
mantenerse igual a Dios.
El se despojó de sí mismo
asumiendo la condición de siervo
y siendo en todo igual a los hombres.

RESUCITÓ, RESUCITÓ, RESUCITÓ, ALELUYA.

Apareció en forma humana,
se humilló haciéndose obediente hasta la muerte
y muerte de cruz.
Por esto Dios lo ha exaltado
y le ha dado el Nombre
que está sobre todo nombre...

RESUCITÓ, RESUCITÓ, RESUCITÓ, ALELUYA.

Para que al nombre de Jesús
toda rodilla se doble
en el cielo, sobre la tierra y bajo la tierra.
Y toda lengua proclame
que Jesucristo es el Señor
para gloria de Dios Padre.

RESUCITÓ, RESUCITÓ, RESUCITÓ, ALELUYA.

Mientras se canta se puede encender el cirio pascual,
o simplemente un cirio, que nos alumbra el camino.


http://www.iglesia.cl/vialucis/index.html

La Iglesia necesita sacerdotes que vivan auténtica obediencia, recuerda Obispo peruano

sobre Martes 25 Marzo 2008 por María Angel

Mons. Kay Schmalhausen

El Obispo Prelado de Ayaviri, en el sur andino del Perú, Mons. Kay Schmalhausen, recordó que la Iglesia necesita sacerdotes disponibles, obedientes y de intensa vida espiritual.

En la Misa Crismal celebrada en su Prelatura, el Obispo recordó a los sacerdotes que su vida “debe estar orientada a reproducir el modelo supremo, que es Jesucristo. El sacerdote ya no vive en función de sí mismo, ni ha sido consagrado para realizar su propia voluntad”.

El Prelado precisó que la obediencia sacerdotal es la primera nota característica de la vida sacerdotal y explicó que solo viviendo así “seremos auténticamente libres, nuestro ministerio fecundo para el Reino, y nuestra vida sacerdotal feliz y verdaderamente plena”.

Mons. Schmalhausen advirtió que “no sorprende que el mundo de hoy, sometido al secularismo y a lo que se ha llamado la civilización de la acedia no solo no sea capaz de asumir esta lógica amorosa y oblativa de la obediencia, sino se rebele francamente contra ella y vea en la obediencia un sinónimo de opresión”.

El Obispo lamentó que “el influjo de esta perspectiva mundana y falaz” se deje “sentir no pocas veces dentro del cuerpo eclesial cuando en ciertos ámbitos del mismo se dan el espíritu de contestación; el abierto de disenso con relación al Magisterio; la formación de grupos de presión que buscan arrinconar a los Obispos; las acciones u organizaciones al margen de los legítimos Pastores; la búsqueda de ‘consensos débiles’, que imprimen un espíritu de mediocridad en la vida eclesial; los proyectos pastorales o eclesiales que intentan erigir nuevas ideologías totalmente ajenas al evangelio y al sentir de la Iglesia, como ídolos a los cuales rendir culto. Todo ello para escándalo y confusión de los fieles”.

Para el Obispo, “tales procedimientos ponen de manifiesto en quienes los propugnan una asimilación totalmente inmadura del espíritu de Cristo” y “parecen poner de manifiesto una vez más la acción oscura del Maligno, y reeditan el misterio de la pasión del Señor, ahora como pasión de la Iglesia, que completa en su cuerpo los dolores y sufrimientos de quien es su Cabeza”.

Mons. Schmalhausen recordó a los sacerdotes que “la obediencia auténtica aprendida del corazón del Maestro –aquella que libera al ser humano de sus ataduras, egoísmos, soberbias, caprichos, rencores, complejos, o de cualquier otra clase de sometimiento al mal– brota en el fondo siempre de un corazón purificado en el encuentro con Jesús”.

Precisó que “la vida espiritual es medular en el sacerdote, para su propia salud y en orden a su ministerio y testimonio. Su ausencia trae gravísimas consecuencias: lo vemos demasiadas veces. Solo ella asegura en el sacerdote un amor fiel y generoso, un corazón indiviso, una entrega total a la Iglesia”.

En este sentido, señaló que “el celibato, lo sabemos bien, es un inmenso don para la Iglesia. Verdaderamente hace al sacerdote libre para un servicio universal; abre su corazón a las necesidades de todos los fieles; nos capacita para una entrega sin cálculos ni medidas”.

“La Iglesia no puede permitir entre sus hijos sacerdotes una doble vida, que daña gravemente el cuerpo eclesial y a la par quita credibilidad a sus ministros (…) Por eso, queridos hermanos, que se nos reconozca como sacerdotes, por la integridad de nuestras costumbres, y que lo dejemos ver también en nuestro exterior”, afirmó.

La Prelatura de Ayaviri comprende tres provincias del sureño departamento de Puno. Abarca un territorio de 32 mil kilómetros cuadrados cuya altitud varía entre los cinco mil y los 500 metros sobre el nivel del mar. Su clima va del aire gélido y seco del altiplano a la humedad cálida, con temperaturas que de acuerdo a la estación y lugar pueden bajar hasta 20 grados bajo cero, o subir a los 40 grados.

Aproximadamente el 90 por ciento de los habitantes son quechuas. Las vías asfaltadas casi no existen y la mayoría de la población vive en una economía de supervivencia.